Fundamentos de seguridad humana y protección contra incendios
Por: José Manuel Maya
SEGURIDAD HUMANA
El término de seguridad de las personas se asocia a dos conceptos diferentes, por un lado, lo que se conoce como seguridad física, es decir la protección frente a actos mal intencionados, como robos, atentados, aspectos relacionados con blindajes, defensa personal, entre otros (a lo se le dice security en inglés). Por otro lo que se conoce como seguridad humana, es la protección frente a actos súbitos e imprevistos, como incendios, evacuación de edificios por emergencias, señalización, entre otros (o sea safety en inglés). Los fundamentos presentados en este texto están completamente centrados en el concepto de seguridad humana y específicamente en la seguridad de las personas al interior de una edificación.
Independientemente del tipo de materiales de construcción que conforman un edificio o del sistema de protección contra incendios con que cuente, la mejor manera de proteger a las personas que están al interior de la edificación frente a un incendio o emergencia similar es que salgan a tiempo del establecimiento.
La evacuación oportuna y total de las personas es fundamental y por ende se debo contar con disponibilidad de salidas y medios para llegar a ellas.
La posibilidad de salir a tiempo se puede comprobar de dos maneras, esperar una emergencia para poder evacuar el edificio y verificar si los medios de salida son suficientes o si no lo son, como ha sucedido en repetidas ocasiones. La otra opción es aplicar los requerimientos de seguridad humana disponibles, escritos, probados y aprobados por muchas instituciones. Estos requerimientos se deben emplear preferiblemente en el diseño de la edificación y no después de construido el edificio, pues los costos serán muy distintos.
La protección de las personas al interior de una edificación es algo que ya está inventado, no es un arte oculto, es una serie de requerimientos que se deben aplicar durante el diseño y que son el resultado del análisis y estudio de muchos años y eventos, en los que se han presentado muertes de personas que durante un incendio o accidente similar no contaron con los medios de salida suficientes y adecuados.
Por ejemplo desde los años 40 se demostró que las puertas giratorias no son un medio de salida para emergencias. En el club nocturno, Coconut de la ciudad de Boston, soldados, sus familias y amigos compartían antes de salir a la guerra, pero se inició un incendio, todos empezaron a correr provocando una estampida de personas que intentaban salir a la vez por una puerta giratoria que, al ser empujada por todos lados, se bloqueó e impidió la salida de los ocupantes. Esta lección, que costó 492 vidas, nos enseñó que las puertas giratorias no son un medio de salida para las emergencias y que en caso de ser implementadas deben disponer de puertas de ala en ambos lados para ser usadas durante una emergencia. Lo más triste es que a pesar de haber pagado un precio tan alto, la historia se sigue repitiendo.
Estos casos se han analizado y por ende los criterios de protección aquí expuestos no entran en discusión, pues ya fueron considerados en otros espacios profesionales, reuniones e investigaciones de los diversos comités técnicos de instituciones que velan por el desarrollo de estos temas, como lo es la NFPA (National Fire Protection Association).
SALIDA AL EXTERIOR
Entre los fundamentos principales de la protección de las personas en una edificación está la salida al exterior. Lo único que se considera seguro en una emergencia dentro de una edificación es el exterior, la vía pública, y no una terraza, un patio interior, lobby u otro edificio. Cuando se diseñan los medios de salida se debe tener esto en cuenta.
En la documentación técnica, el concepto de medios de salida está conformado por tres componentes que se complementan entre sí, si uno falla, falla la protección de las personas:
1. Acceso a la salida: aquella porción de un medio de egreso que conduce a una salida.
2. Salida: aquella porción de un medio de egreso separada de los demás espacios del edificio, para proveer un recorrido protegido hacia la descarga de la salida.
3. Descarga de la salida: aquella porción de un medio de egreso entre la terminación de una salida y la vía pública.
Esta condición puede convertirse en un dolor de cabeza para un arquitecto que está pensando en unas escaleras abierta en el medio del edificio que descargan en un lobby. Desde el punto de vista estético puede ser espectacular, pero desde el punto de vista de salida no aplica, y no significa que no se pueda hacer, claro que sí se puede hacer, pero no se puede considerar como una salida adecuada para emergencias. Además de esa escalera habrá que construir las que sean necesarias como salidas protegidas, una escalera abierta se convierte en la chimenea del edificio, por ahí subiría el humo, por lo tanto, el diseño de las escaleras protegidas también tiene que ser un criterio arquitectónico, pues son la garantía de que las personas puedan salir a través de unas escaleras que los protegen en caso de una emergencia, y ¿quién es el mayor responsable de que se tengan las condiciones seguras para una pronta y adecuada evacuación que el mismo arquitecto?
En el caso de unas escaleras cerradas, el acceso a la salida sería el recorrido en cada piso desde cualquier punto hasta la puerta de acceso a la escalera, que por su cerramiento, sería clasificada como lugar protegido, por lo tanto, el taco de escaleras hace parte de la salida. Y la descarga de la salida sería la descarga de la escalera, que debe ser a la vía pública. En el caso de un edificio que cuenta con escaleras abiertas al interior del edificio, sin puertas, el acceso a la salida, desde cualquier parte de un piso, debe incluir el recorrido en el interior de la escalera hasta estar afuera, en la vía pública, la salida sería en la calle.
DOS SALIDAS
Otro de los fundamentos es que se debería contar con dos salidas separadas de tal manera que una sea alternativa de la otra. Existen excepciones en las cuales se acepta una sola salida y esto está basado en el número de personas que frecuentan el edificio y en la altura de este, así como también pueden exigirse tres o cuatro salidas. Para la ubicación de las salidas, se debe utilizar el menos común de los sentidos, el sentido común, para lo cual primero debemos comprender lo que significa salida.
Se entiende por salida aquella porción de los medios de egreso que nos conducen al exterior y que en sí debe ser segura y protegida, es decir que esté separada del incendio, por puertas y muros, y que en su interior no se esté expuesto a otros riesgos. El sentido común nos enseña que las salidas deben ser una alternativa de la otra, que deben estar separadas, pues dos salidas contiguas no pueden ser consideradas independientes, se cuentan como una sola salida.
Esta necesidad de dos salidas se ha demostrado en muchos eventos, como son los incendios en discotecas, con salidas insuficientes para el número de personas, como ocurrió en la discoteca The Station en Rhode Island EE.UU, Cromañón Argentina, La Guajira Venezuela, Factory Ecuador, Utopía Perú, Kiss Brasil, donde se presentaron incendios y las personas, al intentar salir por una sola puerta, se atascaron y no lo lograron. Pasa más seguido de lo que creemos, pasa todos los años y ¿será que tenemos que esperar que pase en nuestro país o a alguien cercano para que nos preocupemos por el número y disposición de las salidas de emergencia?
Pero no solo ocurre en discotecas, más preocupante aún son los edificios altos, establecimientos que por criterio deberían contar por lo menos con dos escaleras de salida, cerradas (con puertas en cada piso) y no es exageración, pues si ocurre un incendio en algún piso y la única escalera no está cerrada, todo el humo ascenderá por el taco de la escalera y quedará inútil. Además si contamos con dos salidas y una es bloqueada por escombros o por el mismo incendio tenemos la otra como opción. Se imaginan los que viven en pisos altos ¿si se bloquea la única salida disponible, por donde saldrán en caso de una emergencia?
Esta condición de los edificios altos es una muestra de que no siempre se involucran los conceptos de seguridad humana para las construcciones, pues ¿cuántos edificios altos de nuestro entorno tienen una sola escalera y adicional está abierta?
NÚMERO DE SALIDAS
El número de salidas depende, como se ha indicado anteriormente, del número de personas, del área y de la actividad de la zona que se pretende evacuar. En términos generales se requieren más de dos salidas cuando:
1. Las ocupaciones con una carga de ocupantes de más de 500 pero no más de 1000 requieren por lo menos de 3 salidas.
2. Las ocupaciones con una carga de ocupantes de más de 1000 requieren por lo menos de 4 salidas.
Ya se indicó cuándo se requieren 2, 3 o 4 salidas, pero ¿cuándo es posible una única salida?
La posibilidad de requerir una única salida está permitida solo para algunas ocupaciones y está fundamentada en la corta distancia de recorrido hacia el exterior. Esta distancia de recorrido debe estar dentro de un límite de acuerdo con el tipo de ocupación.
PROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS
La protección contra incendios es un concepto extraño para nuestro medio, puesto que la creencia general es que los incendios no existen, y que si se llegan a presentar es a otros, nunca a nosotros. Lo triste de esto es que el momento de arrepentimiento, de ser conscientes de que no somos inmunes a un incendio, es cuando ocurre, cuando no hay nada que hacer, cuando es demasiado tarde.
En caso de materializarse un incendio las pólizas de seguro contratadas con anterioridad probablemente cubrirán los daños materiales generados por el incendio, mientras que los sistemas de protección contra incendio tendrán una participación aún más importante puesto que contribuyen significativamente con la continuidad del negocio al salvar vidas y los puestos de trabajo.
La realidad nos ha mostrado que cuando ocurren estas tragedias de incendios a gran escala, es cuando muchos se preguntan ¿será que eso me podrá pasar a mí? y se activan los proyectos de protección contra incendio, especialmente a nivel industrial, pero es algo temporal, mientras las brasas están calientes, luego vuelve la amnesia y se sigue pensando: eso no me pasará a mí.
Las inversiones en sistemas de protección contra incendio son importantes, eso no es barato y especialmente cuando queremos hacer algo que realmente cumpla su función en el momento que sea requerido. Podríamos decir que este es el principal impedimento para estar realmente protegidos, o más triste aún, cuando se hacen inversiones con un gran esfuerzo y llegan otros, compañías de seguros, bomberos, consultores y dicen que eso no sirve, que nos robaron la platica. Esa es otra de las realidades del medio, que estamos llenos de encantadores de serpientes que se aprovechan de un momento de sensibilidad en el tema de protección y por hacer el negocio y pensando que nunca llegará el momento de comprobar la efectividad de su sistema, lo hacen mal, casos de esos hay muchos.
Para hacer una buena inversión en sistemas de protección contra incendio se deben tener claros los siguientes criterios:
1. Creer en los sistemas de protección, aceptar que son necesarios e importantes. Sin este criterio cualquier tipo de inversión que se haga está condenada al fracaso.
2. Conocer su funcionamiento, saber cuáles son sus principios, cuáles serían las posibles causas de fallos, no depender siempre de terceros para su correcta operación.
3. Inspección, pruebas y mantenimiento. Fundamental para poder contar con el sistema en el momento de la verdad, en el incendio.
Si no se cumplen estos tres criterios entonces son sistemas de protección contra incendio probablemente con una vida útil muy corta.
PREVENCIÓN Y PROTECCIÓN
Las protecciones contra incendio son como las pólizas de salud, no sabemos de su importancia hasta que las necesitamos, hasta que nos tienen que hospitalizar. Cuando contamos con una póliza de salud y nos hospitalizan, agradecemos la posibilidad de haberla podido pagar, de tener las comodidades y atención más adecuada y humana, de tener los mejores especialistas a nuestro alcance, pero hay ocasiones en las que adquirimos una póliza de salud, no por nosotros mismo, pues nos consideramos unos robles, lo hacemos por nuestros seres queridos, como nuestros hijos. Con las protecciones contra incendio pasa algo similar, las debemos tener, pero lo mejor sería no tener que utilizarlas, sin embargo, en el caso de presentarse un gran incendio agradecemos tenerlas y especialmente las protecciones automáticas, las que no requieren de intervención de personas las que por sí solas se activan y controlan la emergencia, pues ahí ponemos a menos personas en riesgo.
Estas protecciones actúan cuando se da el evento, controlan el incendio en caso de materializarse. Cuando el sistema es manual, necesita la disponibilidad de personas que lo sepan activar, aplicar, controlar, minimizando así las consecuencias. Se estima que sin ningún tipo de protección la perdida máxima probable por un incendio es del 100%. Con una buena y adecuada protección contra incendio los daños se disminuyen significativamente del orden de 10 o 15%, eso es importante. Por lo tanto, junto con la pregunta de cuánto vale la implementación de un sistema contra incendio bueno y adecuado debemos igualmente preguntar cuánto vale lo que se pretende proteger.
Sabemos que las protecciones las debemos tener, pero si no las tenemos que utilizar sería mejor, esto es posible a través de la prevención. Prevención es todo lo que podamos hacer para evitar los incendios, para que no se materialicen, un extintor portátil no me evita los incendios, controla los daños, pero una buena instalación eléctrica sí evita incendios, el orden y el aseo evita incendios, unas buenas prácticas de almacenamiento evitan incendios.
En conclusión, la prevención controla la posibilidad o frecuencia de los incendios y la protección controla la severidad o gravedad de estos. Prevención es todo lo que podemos hacer antes de un incendio y protección lo que debemos hacer después de un incendio. Ambos se complementan, el uno no puede existir sin el otro.
PROTECCIÓN
Como se indicó anteriormente la protección son los medios que se pueden utilizar para disminuir las consecuencias o pérdidas ocasionadas por un incendio, pero no evitan el incendio en sí. Como un extintor, el tenerlo no evita un incendio, pero en caso de presentarse si se utiliza oportunamente los daños serán considerablemente menores.
Específicamente para que cualquier medio de protección sea efectivo se deben cumplir los siguientes parámetros, los cuales se aplican para efectos de compresión a un extintor portátil, pero igualmente se pueden aplicar a cualquier otro medio de protección:
1. Tenerlo (si no se tiene un extintor, obviamente no se puede disponer de él).
2. Que esté en condiciones de operación (cargado y en buen estado).
3. De fácil acceso (que no esté obstaculizado el acceso a él por cualquier otro elemento).
4. Que sea el agente extintor adecuado (que aplique para el tipo de incendio que se pretende controlar).
5. Que se disponga de personal con el entrenamiento adecuado.
El cumplimiento de estos 5 parámetros se debe verificar periódicamente y no esperar hasta el día de la emergencia para evidenciar que falta alguno de ellos, todos son igualmente necesarios para un óptimo desempeño del equipo.
Si repasamos estos parámetros en un edifico de apartamentos protegido únicamente con conexiones de manguera sería preocupante, pues no cuentan con el personal entrenado ni con otras alternativas para las personas que corren riesgo. Preocuparnos de este tipo de situaciones nos permite reaccionar y hacer algo al respecto, es una oportunidad para que reconozcamos las deficiencias y hagamos las correcciones antes de que se presente una tragedia.